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05 Ene Málaga

Abonados al empate


El Málaga iguala al Oviedo en un partido que arrancó perdiendo tras fallo de Munir y que empató gracias al VAR, que no quiso señalar otro penalti a favor en el último minuto (1-1)

 

José Criado
Fotos: LaLiga

El primer partido del año no fue casi nada diferente al del último del anterior. Y es que eso de Año Nuevo y nuevos propósitos no va con el Málaga. El conjunto malaguista volvió a demostrar buenas intenciones para manejar el partido, pero volvió a suspender en las áreas. Lo hizo, sobre todo, en la del rival, donde se mostró tan romo como viene acostumbrando desde que arrancó el curso. Y esta vez también lo hizo en la propia, con un fallo garrafal de Munir que pudo costar mucho más caro que el empate final.

Que el Málaga no está para demasiados trotes no es novedad, no es algo que aparezca ahora de sopetón por culpa de los mantecados navideños. Y por eso, casi suena a sarcasmo pedirle a este equipo que vaya al Carlos Tartiere a ganar, a traerse los tres puntos. Málaga y Oviedo saltaban al césped en el primer partido de la segunda vuelta empatados a casi todo. Y eso se hizo notar.

Porque los miedos, las imprecisiones y la falta de calidad fueron la tónica predominante en la Noche de Reyes. Dominó el Málaga, que sabe jugar mejor lejos de las áreas que muchos de sus rivales, pero acabó dando por bueno el empate viendo cómo de caro se puso el partido.

El empate sigue sin sacar de pobre al Málaga, pero no es lo mismo cosechar un punto en casa que hacerlo lejos de ella. Fuera todo tiene otro aroma, otro envoltorio. Rascar algo lejos de casa es menos malo. Y si encima es contra un rival directo, mucho mejor. El Málaga ya suma seis partidos ligueros sin perder, que no es poco. Pero tampoco termina de ganar, que sí es mucho.

En tierras asturianas, en el estreno de la segunda vuelta, el Málaga quiso borrar sus males. Con bajas pero con un equipo competitivo, Víctor quiso desprenderse de la tormenta que rodea al club. Apostó por Ramón e intentó darle acento ofensivo a su equipo. Y entonces el balón comenzó a rodar. El dominio malaguista -de rosa en esta ocasión- fue abrumador. Control, sin pasar apuros atrás aunque con falta de pegada. Costaba finalizar. Nada nuevo bajo el sol.

El partido transcurría por los derroteros que el Málaga quería hasta que llegó el fallo de la noche. Sangalli recogió un balón suelto en el centro del campo. Se zafó de Ramón y disparó desde fuera del área. Con intención pero sin aparente peligro. Pero Munir, que se lanzó a su izquierda, midió mal. Y el balón entró tras su estirada fallida (27').

La primera mitad blanquiazul acabó llena de contradicciones. Como que un lateral haga caños y sombreros mientras que el delantero no pudiera ni controlar un balón. O como acabar los primeros 45 minutos con el 70 por ciento de posesión y no haber disparado ni una vez a portería.

La segunda mitad, sin embargo, comenzó con más acento ofensivo malaguista. La consigna era clara: tirar a puerta. Pero eso también abrió el carrusel de oportunidades para unos y otros. Primero fue Ortuño de un cabezazo que salió desviado (47'). Contestó Keidi con un tiro fuerte abajo pero centrado (49').

El Málaga quería el empate y el Oviedo no tenía la capacidad para evitarlo. Comenzó a achicar agua y en una de esas, el colegiado anuló un gol de Mikel Villanueva por fuera de juego (56'). Era un aviso porque diez minutos después, en una falta que lanzaba Pacheco, Javi Mir cometía penalti por manos. Tuvo que ser el VAR el que lo señalase minutos después, pero era correcto. Sadiku no falló desde los once metros (67'). El empate era justo y comenzaba un partido nuevo.

El Málaga había hecho lo más difícil: subirse de nuevo al barco. Sadiku la tuvo poco después, pero su buen control dentro del área pequeña acabó con un disparo muy alto (75'). Respondió Bárcenas con otro tiro lejano, probando los nervios de Munir (77'). Y un cabezazo de Ibra (79') que estuvo cerca de acabar en la jaula.

El partido, como ante el Lugo, se fue lejos en el alargue, hasta el 98. Y hubo tiempo para el suspense. Primero en una acción que atajó Munir tras un centro aéreo oviedista. Y luego para otra acción polémica, donde Bolaño taponó un disparo de Antoñín con las manos. El VAR, esta vez, decidió no señalar penalti pese a que aparentemente lo era.

El partido acabó con ese sabor amargo de no ganar pese a ser superior al Oviedo pero también con la sensación de alivio de regatear al abismo ante un rival directo. Un empate soso que mantiene al Málaga fuera del descenso. Deberá mejorar el Málaga en este 2020.

 

FICHA TÉCNICA:

+ REAL OVIEDO: Champagne; Juanjo Nieto, Carlos H., Christian, Mossa; Edu Cortina (Lolo, 17'), Javi Mir (Ibra, 71'), Jimmy; Sangalli, Bárcenas y Ortuño (Obeng, 89').

+ MÁLAGA CF: Munir; Cifu, Diego González, Luis Hernández, Villanueva; Renato (Juanpi, 81'), Ramón (Hicham, 60'), Keidi Bare; Pacheco (Benkhemassa, 98'), Antoñín y Sadiku.

+ GOLES: 1-0 (27'): Sangalli. 1-1 (67'): Sadiku.

+ ÁRBITRO: Miguel Ángel Ortiz Arias (Colegio madrileño). Mostró cartulina amarilla a Sangalli (12'), Diego González (40'), Javi Mier (67'), Carlos Hernández (70'), Luis Hernández (80'), Bolaño (84'),

+ INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 22 de la Liga Smart Bank. Estadio Carlos Tartiere (Oviedo), ante 8.638 espectadores.

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