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10 Nov Málaga

Voto nulo del Málaga

El conjunto blanquiazul empata a nada ante el Fuenlabrada en un partido tedioso y marcado por la falta de acierto

 

José Criado
Fotos: LaLiga

 

El fútbol es ese juego que consiste en meter el balón en la portería rival. Es bueno recordarlo porque a veces se pierde la perspectiva y hasta se olvidan los objetivos. El Málaga, con una notable rémora goleadora a sus espaldas, no fue capaz de imponerse al Fuenlabrada en La Rosaleda. Lo maniató, lo golpeó alguna que otra vez, pero no fue capaz de dejarlo ko de ninguna de las maneras. Un partido fallido que demuestra de nuevo lo largo que se va a hacer la temporada para del equipo de Víctor.

Lo cierto es que la película blanquiazul ya la hemos visto más veces. El Málaga es un equipo 'aseadito', como diría el bueno de Joaquín Peiró. Tiene buenos propósitos: se defiende bien, maneja con cierta profesionalidad los tiempos, pero no la mete en el arco de ninguna de las maneras. Así es imposible ser peligroso, meter miedo y hasta ser competitivo a veces. Ante los madrileños daba la sensación de que el partido podía durar dos horas más que no se movería el marcador. Y ese no es un factor nada positivo al que agarrarse.

La carencia de efectivos en una plantilla corta también es reseñable. La nómina de bajas no para de subir. Y a última hora se cayó del cartel Adrián, por unas molestias musculares que habrá que esperar para ver qué recorrido tienen. Pero lo cierto es que es imposible aprenderse de memoria y de carretilla un once blanquiazul, ya sea por una u otra razón. Sin Sadiku, Keidi, Luis Muñoz, Lombán... Cada día hay una baja nueva.

Aún así, el Málaga hace lo que puede y nadie podrá reprochar al equipo de Víctor ni un ápice de entrega ni de sacrificio. No. Este equipo corre, pelea y brega como el que más. Pero hace falta un poquito más. La virtud malaguista, posiblemente, fue convertir al cuarto clasificado de la categoría en un mindundi, en un equipo vulgar que sólo mostró orden y solidaridad en La Rosaleda. El defecto, por contra, es adolecer de cierto criterio ofensivo, de no tener calidad en los últimos metros y de no encender la mecha de la ilusión, que se apaga poco a poco. Hace falta en el Málaga más fútbol que músculo, más cerebro que testosterona, y más calidad que entrega.

A veces, en el caos hay orden y equilibrio. Lo que un día te quita la locura, otro día te lo puede dar. Y el fútbol suele ser generoso con el que más expone, con el que más lo busca y el que también más ataca. No puede ser que el Málaga resuma su primera mitad ofensiva en tres ocasiones. La primera, nada más comenzar con una falta que lanza Juanpi y Renato, incomprensiblemente, dispara el rechazo fuera.

La segunda, Hicham, flojito y a un lado casi al final del primer asalto. Y luego, en otra falta lateral, Mikel remató centrado antes de irse a vestuarios. El primer tiempo se consumió sin noticias de Antoñín -gris en su cometido de hacer de Sadiku en las dos últimas jornadas-, con Pacheco aún lejos de su mejor nivel y con un centro del campo sin claridad de ideas. El cero a cero del descanso era un claro resumen de la nada.

En el segundo tiempo el equipo de Víctor subió prestaciones. El técnico, cumpliendo su segundo partido de sanción desde la grada, lo tuvo que ver algo claro para instar a los suyos en el descanso a ser más ofensivos, más descarados y más creativos. Puesto que el Málaga ha ganado cierta solvencia defensiva -es de los menos goleados de la categoría-, eso debería permitir darse alguna alegría arriba. Algún regate, algún tiro osado o algo que se salga del guión.

A la vuelta de vestuarios comenzaron a emerger las figuras de Hicham y de Pacheco. El joven marroquí fue eso que se pide, lo de salirse del guión. Algún que otro regate, unas internadas... En fin, cositas diferentes. Lo mismo hizo Pacheco desde la izquierda, donde comenzó a brotar caudal ofensivo. Regates, internadas y centros. No miró portería, pero algo comenzaba a moverse.

Pero no fue hasta el minuto 56 cuando entró el equipo en combustión. Centro de Cifu que no llegó Antoñín al primer palo por poco. En el 65', tiro abajo de Boulahroud que despejó el meta rival. En la siguiente jugada, Hicham la puso por la derecha y el balón se paseó sin remate de Diego y Antoñín. Era poco pero al menos era algo a lo que echarse a la boca.

Sin embargo, no era suficiente. El 'Fuenla' aguantaba sin demasiadas complicaciones y le bastaba olvidarse de Munir como para mantener ese punto lejos de casa. El gol malaguista pudo llegar en un centro de Benkemassa que a punto estuvo de meterse en la meta de Ribas. Demasiado previsible todo y demasiado triste.

El Málaga se despidió sin goles y sin alegría. Un punto, ante el equipo revelación de la Liga -será lo que dice la clasificación porque lo visto en Málaga no fue tal-, que al menos lo saca del descenso, pero que no enmascara que con este camino no irá demasiado lejos. Toca seguir mejorando.

 

FICHA TÉCNICA:

+ MÁLAGA: Munir; Cifu, Luis Hernández, Diego González, Mikel; Renato (Boulahroud, 38'), Pacheco (Keko, 88'), Benkhemassa, Juanpi; Hicham (Lorenzo, 82') y Antoñín.

+ FUENLABRADA: Biel Ribas; Iribas, Prieto, León, Glauder; Hugo (Jeisson, 90'), Clavería, Cristóbal, Anderson; Oriol Riera (Héctor H., 78') y Nteka.

+ ÁRBITRO: Juan Luis Pulido Santana (Comité canario). Mostró cartulinas amarillas a Cristóbal (5'); Benkhemassa (22'); Clavería (27'); Luis Hernández (57'); Boulahroud (68'); Prieto (71')

+ INCIDENCIAS: Partido corresponiente a la jornada 15 de la Liga SmartBank. La Rosaleda, ante 15.521 espectadores.

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