Con el orgullo no es suficiente

Un Málaga muy mermado vende cara su piel ante el Cádiz, que acabó pidiendo la hora en La Rosaleda para ganar 1-2

José Criado
Fotos: LaLiga

El día que el Málaga recuperó su espíritu volvió a besar la lona. Ése es el resumen rápido del derbi de la infamia, del duelo que nunca se debió jugar en las circunstancias que han rodeado a este partido contra el Cádiz y que se ha solventado con triunfo amarillo (1-2). Un partido desigual que se encargó de nivelar el Málaga con sus escasas armas. Un duelo en el que no entregó la cuchara el conjunto blanquiazul, donde vendió cara su piel y donde tiró de casta y de orgullo para intentar recuperar los puntos y el alma de su afición. El desenlace nada difiere de las jornadas anteriores y mantiene al conjunto de Víctor Sánchez del Amo en puestos de descenso a Segunda B, pero al menos hay algo a lo que agarrarse para intentar revertir la situación.

El partido, en cualquier caso, no se resolvió ni por la vía rápida ni con la facilidad que cabía esperar por unos y otros. El Málaga, tras una primera parte plana y sin profundidad donde ya se fue perdiendo al descanso por culpa del gol del Choco Lozano (33'), dio un paso al frente en el segundo acto, con verticalidad, osadía y ocasiones. Tanto que el 'SuperCádiz' que lidera Segunda con mano de hierro se marchó de La Rosaleda pidiendo la hora, aunque con los tres puntos, eso sí.

El partido en clave malaguista, vaya por delante, era de una complicación extrema para solventarlo. Así que a falta de puntos, que siguen volando con la misma facilidad que se esfuman las promesas de Al-Thani, al Málaga le queda los arrojos de orgullo, los golpes de casta y las verónicas de autoestima. Todo ello con la esperanza de que aparezcan cuando tienen que aparecer y que todos los planetas comiencen a alinearse para conseguir victorias.

Porque hay derrotas y derrotas. Y aunque todas computan igual, no es lo mismo caer sin oposición en Huesca, que pelear y batallar hasta el final como ante el Cádiz. En cualquier caso, esos argumentos tienen fecha de caducidad y no podrá vivir el Málaga siempre de sensaciones.

La primera mitad fue un pastel de partido. Porque el Málaga, con sus deficiencias -tenía a Adrián sancionado, a Juankar lesionado y a Munir, Keidi, Mikel, Juanpi y Lorenzo con sus selecciones- intentó llevar el peso del partido. Y lo hizo, aunque no con la profundidad ni el peligro que quisiera. Ganó la posesión con diferencia, pero fue incapaz de disparar a puerta en 45 minutos. El Cádiz avisó primero con el Choco Lozano y un cabezazo certero que atajó perfecto Kellyan nada más comenzar (6'). Pero fue en el 33' cuando el delantero hondureño encontró el camino del gol tras una buena internada de Salvi. El VAR le puso suspense, pero el gol subió al marcador. El Málaga se marchó a vestuarios con la sensación de impotencia y también de que podría haber ofrecido mucho más.

Algo que sí hizo en la salida de vestuarios, porque arrancó el Málaga con otro brío y con la sabiduría de que si seguía haciendo lo mismo continuaría estrellándose contra una pared. Por eso subió prestaciones, comenzó a ser más vertical, agresivo y descarado. Y el partido comenzó a tener otro color, coincidiendo también con la entrada de Cifu en el campo. Sadiku probó fortuna (48') pero su disparo se fue muy alto. Pero Keko y Luis Muñoz también crecieron en sus funciones. El primero, el extremo, comenzó a ver la portería de Cifuentes con un par de disparos y asumiendo galones. El malagueño, por su parte, fue el motor del equipo. Comenzó a soltarse, a crear y a pisar las inmediaciones del área rival.

Con el Málaga volcado, la más clara fue de Antoñín, que acababa de entrar. Keko lo encontró en un pase por alto y el canterano resolvió, escorado, con un tiro cruzado que se fue lamiendo el palo izquierdo (64'). Eran buenos minutos del conjunto blanquiazul, que reclamaba su cuota de gol como mínimo por merecimientos y ocasiones.

Pero el Cádiz sabe de que va esto. El conjunto amarillo tiene este estilo de juego, ese sistema poco vistoso pero efectivo. Porque cuando peor estaba el equipo de Cervera encontró el camino hacia el triunfo. Una contra rápida, un par de errores en cadena malaguista y zas, el segundo gaditano sin comerlo ni beberlo. Fue Quintana el que sobrepasó como quiso a Diego González y batió, sin hueco aparente, a Kellyan por bajo (74'). Partido visto ya para sentencia y sólo quedaba no empañar más la pobre imagen del Málaga.

Lo fácil habría sido entonces entregar la cuchara, levantar bandera blanca y pedir clemencia. Había coartada y atenuantes para ello. Pero el Málaga no parece hecho de esa pasta y a falta de calidad y de mimbres, apretó y peleó. Keko, en un centro lateral, encontró la testa de Antoñín, que encontró la recompensa a su entrega (84') con un gran gol. Metía ese tanto al conjunto blanquiazul, aunque las distancias seguían siendo amplias entre unos y otros. Sacó casta el Málaga y Keko, con un zapatazo desde Cuenca, estrelló el balón en el larguero (86').

El Málaga compite, pelea y lucha de tú a tú a casi cualquier rival. Pero no cierra las victorias. Tuvo la última el extremo madrileño, ya en la prolongación, cuando Cifuentes no pudo atajar un disparo de Renato y Keko envió alto el rechazo. Fue el último ramalazo del partido. Un choque que el conjunto malaguista no mereció perder, pero que agrava la delicada situación deportiva que atraviesa el equipo al instalarse en los puestos de descenso a Segunda B.

FICHA TÉCNICA:

+ MÁLAGA CF: Kellyan; Luis Hernández, Lombán, Diego González, Cristo; Keko, Rolón (Cifu, 46), Luis Muñoz (Renato, 77'), Boulahroud, Benkhemassa (Antoñín, 59'); y Sadiku.

+ CÁDIZ CF: Cifuentes, Iza, Fali, Juan Cala, Espino, José Mari, Álex Fernández, Salvi, Perea (Edu Ramos, 66'), Lozano (Quintana, 61') y Nano (Iván Alejo, 75').

+ GOLES: 0-1 (33'): Choco Lozano. 0-2 (74'): Quintana. 1-2 (84'): Antoñín.

+ ÁRBITRO: Rubén Ávalos Barrera (Comité Catalán). VAR: David Pérez Pallas. Mostró cartulina amarilla a Rolón (17'), Lozano (61'), Iza (62'), Lombán (68')

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