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21 Sep Málaga

El Málaga no tiene quien le escriba

 

Derrota por la mínima del conjunto blanquiazul en su visita a Albacete, donde mereció más

 

José Criado
Fotos: LaLiga

 

La tristeza se ha instalado en el seno del Málaga CF como si fuera un okupa en pleno barrio del Raval de Barcelona. Ha llegado, ha cambiado la cerradura del club y lo ha dejado 'tieso', lacrimógeno y con una bola que se va haciendo cada vez más grande. No hay nada más doloroso que ser un equipo triste, al que nadie le escribe y que ha caído en el olvido del fútbol. No lo hace la Diosa Fortuna, esquiva una y otra vez. Tampoco los rivales, que cuando no están mejor dotados futbolísticamente tienen más acierto. Ni tampoco el entorno, tan empeñado en convocar un funeral cuando es más sencillo buscar un remedio para salvar al moribundo. En Albacete volvió a salir cruz. El conjunto de Víctor volvió a dar la cara, como los siete partidos que ha disputado hasta la fecha, pero la derrota fue el desenlace que se está volviendo ya en una costumbre, en un estilo de vida.

Ese puede ser el peor negocio posible: acostumbrarse a no ganar y ser el pupas de la categoría. Pero es que cuando tienes que luchar contra enemigos que están en trincheras ajenas e incluso propias, cualquier batalla es mucho más difícil. El Málaga regresa de tierras manchegas con la cara partida, después de luchar y merecer como mínimo un empate, pero también con la sensación agotadora de que hagas lo que hagas, tu destino parece ya escrito.

En Albacete fue uno de esos partidos en los que no mereces perder. Es más, posiblemente incluso mereció ganar. No fue una gran demostración ni tampoco un acoso y derribo blanquiazul, pero lo cierto es que expuso y ofreció mucho más que el conjunto local. Los de Ramis, ordenados y correosos, tienen el mismo problema del gol que el Málaga, pero en dos llegadas firmaron un tanto. Poco que lamentar ahí. El Málaga de Víctor, con el debut del canterano Antoñín en la segunda parte, amasó 14 remates a portería -ocho más que su rival-, aunque cinco entre los tres palos. Ninguno acabó en gol.

Pero en esta misiva de lamentos también debe haber cabida para la autocrítica. Porque nadie va a mejorar al Málaga salvo los que están. Y los que hay tienen que dejarse la piel en cada minuto de juego. Hay que minimizar errores y generar más fútbol. Y más ocasiones. Si el Málaga necesita diez ocasiones para marcar un gol, habrá que generar veinte. Y sólo así el tanto acabará llegando. O al menos, debería.

En cualquier caso, el partido fue por momentos para el olvido. En la primera mitad, Albacete y Málaga fueron políticamente correctos. Ninguno se salió de tono, ni para lo bueno ni para lo malo. Y claro, eso dejó un partido casi impoluto para los técnicos, pero tedioso y aburrido para el aficionado.

Dominó por momentos el conjunto de Víctor, sobre todo con una buena salida al Carlos Belmonte. No quiso entrar el VAR en una caída polémica de Juanpi dentro del área rival, pero fue un disparo potentísimo de Renato desde la frontal en una falta lateral tuvo que ser desviado al larguero por Tomeu Nadal (7').

La libreta de apuntes de ocasiones peligrosas prácticamente no volvió a usarse salvo por otra acción clara del Málaga, con un pase milimétrico de Luis Muñoz a la espalda de la zaga local para que Sadiku llegase forzado a su mano a mano. Nadal volvió a aparecer para evitar el tanto (34'). Para entonces, Juankar se había marchado lesionado y Diego había entrado en su lugar. El descanso dejaba un poso de tranquilidad en ambas escuadras pero varias cabezadas en el respetable.

En la reanudación, sin embargo, ambos conjuntos subieron prestaciones. Pero sobre todo el Málaga, que de salida amasó tres buenas ocasiones para haber estrenado el luminoso. Un disparo algo centrado de Renato, un cabezazo de Adrián que se fue escorado y otro disparo abajo del luso fue la carta de presentación del 'nuevo' Málaga.

Debutó el canterano Antoñín (59') en un movimiento que invitaba a pensar que el conjunto de Víctor se lanzaba a por el partido. Pero el gol llegó del bando local. Una buena internada por la izquierda de los manchegos, pase de la muerte de Fuster y Manaj que empujaba a bocajarro (66'). Era el segundo disparo entre los tres palos de los locales, pero la ventaja ya se había materializado.

Dio un paso más al frente el Málaga y uno o dos atrás el Albacete. Pero el día no estaba para marcar. Lorenzo buscó fortuna en una falta lateral, que acertó Nadal a despejar (74'). Sadiku, en la siguiente, remató alto y fuera un córner con todo a favor. Y de ahí hasta el final, incapacidad y precipitación. No está el Málaga fabricado para ir al galope, para avasallar a su rival ni para convertir la meta rival en un infierno. Y se hizo notar que aunque la distancia en el marcador sólo fuera de un gol, futbolísticamente era de un par de mundos.

El partido se cerró con otro cabezazo de Sadiku, en el 93', que se iba alto. El fútbol no le escribió ninguna carta de amor al Málaga. Ni tampoco la fortuna. Los miedos toman cuerpo.

 

 

FICHA TÉCNICA:

ALBACETE: Nadal; Benito, Arroyo, Caro, Fran García; Silvestre (Barri, 59'), Capezzi; Pedro Sánchez (Álvaro, 69'), Manu Fuster (Acuña, 82'), Susaeta; y Rey Manaj.

MÁLAGA CF: Munir; Cifu, Luis Hernández, Mikel, Juankar (Diego González, 32'); Juanpi (Antoñín, 59'), Luis Muñoz, Keidi Bare, Adrián, Renato (Lorenzo, 70'); y Sadiku.

GOLES: 1-0 (66'): Rey Manaj.

ÁRBITRO: Daniel Trujillo Suárez (Comité Tinerfeño). VAR: Javier Iglesias Villanueva. Mostró cartulina amarilla a Renato (65'), Rey Manaj (67'), Álvaro (73'), Luis Muñoz (79')

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 7 de la Liga SmartBank. Estadio Carlos Belmonte de Albacete, ante 8.190 espectadores

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